Hace unos meses, Carmen me escribió agobiadiiísima: tenía un taller de cerámica y últimamente se pasaba los días anunciando los talleres en redes sociales (ya sabemos que allí el contenido caduca a las 24h). No conocía otra forma de vender online.

Después la gente le escribía por DM o WhatsApp para reservar, ella tenía que enviar la información, estar detrás de ellos para que confirmasen y después cobrar la señal por Bizum… total, que pasaba más tiempo gestionando reservas de sus talleres de cerámica que haciendo sus propias piezas. 😅

Carmen venía con la idea muy clara: quería (o eso creía ella) la web definitiva para vender sus talleres online y así liberarse de toda la gestión que hacía tan rústicamente por redes. Pero había un problema: solo de pensar en montar una tienda online completa, dejarse un pastizal y esperar varios meses para tenerlo todo listo… se le hacía bola. Y a ver… ¡es normaaal!

Qué queréis que os diga… no me anduve con rodeos y, una vez más, me tiré piedras sobre mi propio tejado: “Tía, no necesitas una web completa para vender online tu taller. Solo necesitas una landing page para publicar las fechas, recoger inscripciones, gestionar los pagos ¡y chimpún!”

Y esa tontería de frase la sacó del bloqueo. De repente dejó de agobiarse por la idea de la web infinita y se relajó al darse cuenta de que podía hacerlo fácil, rápido y sin arruinarse.

Y como esta, podría contarte miiiil historias de gente bloqueada por la web, pero prefiero enseñarte ejemplos de proyectos y negocios de toda la vida, que no tienen ni idea de que una landing page puede convertirse en una herramienta de trabajo potentísima para su proyecto.

¿Qué es una landing page?

Ya te lo contamos en nuestro anterior post: existen un montón de alternativas para vender online sin pasar por ‘La Catedral de las webs’. Y nuestra favoritísima, por supuesto, es la landing page. Esa gran olvidada que, si la usas bien, puede salvar tu proyecto desde el minuto cero.

Una landing page es una web muy sencilla, compuesta por una única página pensada para vender una sola cosa: un producto, un servicio, un taller presencial, un evento… Sin líos, sin mil pestañas. Solo lo esencial.

No es una web “a medias”, ni un cajón desastre, es una herramienta de venta potentiiísima si está bien pensada y bien diseñada.

Tipos de landing page y cómo pueden salvar tu proyecto

Landing page para bar o restaurante

Vamos a empezar por un ejemplo que os va a sonar muchiiísimo 👉🏻 ¡Ay! Esas cartas plastificadas y pringosas, con tachones a boli, donde no se ha visto diseño, ni se le espera… ¡deberían de estar prohibidas ya en cualquier bar!

Crear una landing page con el menú de un bar, restaurante o cafetería es sencilliiiiísimo y mucho más flexible (y bonito) que tener la carta impresa, porque puedes cambiar cualquier plato o precio en un momento, así que ahorras tiempo y tus clientes siempre tienen la carta actualizada.

Landing page para una boda

Esta no es de las landing page que te salvan el negocio ¡pero sí la vida! 😅

Es que a ver, ponte en situación: te casas, tienes 200 invitados repartidos por el mundo… ¿y ahora vas a enviarles la invitación por correo postal? ¿Y cabrá toda la info? Porque no solo querrás anunciar que te casas, también compartir el timing de la boda, dónde se celebra, dónde alojarse y cómo llegar… y lo peor: estar detrás de cada invitado para que confirme su asistencia ¡menudo lío!

Con una landing page para tu boda tus invitados tienen toda la info en un solo lugar, accesible en cualquier momento desde su móvil y hace que te confirmen online de una forma facilísima.

Landing page para un taller presencial

Esta ya te suena porque te hablé al principio del post de Carmen. La solución fue faciliiiísima: una landing page para sus talleres presenciales, con un calendario de talleres y un botoncito de reserva y pago que apunta automáticamente a una base de datos de alumnos, y que permite a Carmen centrarse en lo que de verdad le gusta: la cerámica.

Y así se terminó el drama de responder mensajes, enviar info y perseguir confirmaciones ✌🏻

Landing page para un único producto

Aquí la cosa es clara: si tienes un producto único, artesanal o especial, y no un catálogo infinito como Zara, lo último que necesitas es una web gigante con mil secciones y un proceso de compra laaargo.

Con una landing page para tu producto, puedes enseñarlo bien, contar su historia, sus características y añadir un botoncito de compra directa para captar pagos de una forma facilísima.

Esto es súper útil para validar tu producto, ya sea un libro, una joya especial, una camiseta personalizada… y tantear el terreno antes de liarte la manta a la cabeza con una web más grande.

Landing page para creativos

Si eres fotógrafo, diseñador o creativo, déjame decirte una cosa: no seas turra enseñando toooodo tu portfolio ¡por Dios! (Vale, yo soy la primera a la que le cuesta no hacerlo 🤪)

No necesitas mostrarlo todo ni dispersar tu trabajo en mil secciones. Con una landing page estratégica, puedes enseñar tus mejores proyectos, presentarte (¡que te pongan cara!) y dejar claro cómo te pueden contratar, todo en una sola página.

Beneficios de una landing page para tu proyecto

En fiiín, pues como has visto en este post, una landing page bien pensada puede salvar el culo a cualquier proyecto. Al final, solo tienes que recordar que una landing page te centra, te ahorra tiempo, te da velocidad y te permite probar tu proyecto sin liarte con webs gigantes. Somos pesadísimas con esto, pero sí 👉🏻 es la forma más sencilla de empezar a vender online.

Y ahora… cuéntame en comentarios: ¿qué tipo de landing te vendría mejor para tu proyecto? ¡Queremos saber tu plan y ayudarte a lanzarlo YA! 💪